"Abrí despacio el regalo, intentando respirar mucho y que ese instante se hiciera eterno y pudiera ser recuperado en cientos de ocasiones...
Tenía miedo y respeto. Los regalos de madre siempre eran muy especiales y estaban muy bien pensados. Todos tenían una intención....
Cuando lo abrí sentí una emoción brutal, difícilmente comparable a nada anterior de mi vida...En el interior de la caja había algo parecido a un reloj... Sí, era como un reloj dorado, pero cuando presioné el botón que había en el centro, se abrió y vi que contenía una brújula...
Una brújula preciosa y llena de detalles... Había sido construida con mucha delicadeza.
(...)
Me encantaba aquel regalo, pero no comprendí del todo por qué madre me había regalado aquello hasta que vi esas pequeñas letras...
Madre tenía una escritura muy pequeña con letras muy juntas. Ella decía que era para que no se perdieran, que cada letra se pudiera coger a otra y no tuvieran miedo...
Decía que las palabras valientes necesitan de letras sin miedo..
(...)
Siempre nos enseñó que las grandes cosas están hechas de las pequeñas... Si cuidas las pequeñas cosas, las convertirás en grandes. Si cuidas sólo las grandes, siempre serás pequeño...
Y allí estaba, su letra pequeña en una inscripción en la parte delantera de la brújula... Ponía
SONRISAS PERDIDAS.
(Albert Espinosa - Brújulas que buscan sonrisas perdidas)
Tenía miedo y respeto. Los regalos de madre siempre eran muy especiales y estaban muy bien pensados. Todos tenían una intención....
Cuando lo abrí sentí una emoción brutal, difícilmente comparable a nada anterior de mi vida...En el interior de la caja había algo parecido a un reloj... Sí, era como un reloj dorado, pero cuando presioné el botón que había en el centro, se abrió y vi que contenía una brújula...
Una brújula preciosa y llena de detalles... Había sido construida con mucha delicadeza.
(...)
Me encantaba aquel regalo, pero no comprendí del todo por qué madre me había regalado aquello hasta que vi esas pequeñas letras...
Madre tenía una escritura muy pequeña con letras muy juntas. Ella decía que era para que no se perdieran, que cada letra se pudiera coger a otra y no tuvieran miedo...
Decía que las palabras valientes necesitan de letras sin miedo..
(...)
Siempre nos enseñó que las grandes cosas están hechas de las pequeñas... Si cuidas las pequeñas cosas, las convertirás en grandes. Si cuidas sólo las grandes, siempre serás pequeño...
Y allí estaba, su letra pequeña en una inscripción en la parte delantera de la brújula... Ponía
SONRISAS PERDIDAS.
(Albert Espinosa - Brújulas que buscan sonrisas perdidas)
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