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Mostrando entradas de abril, 2012

Los Juegos del Hambre.

"-Peeta: Bueno hay una chica. Llevo enamorado de ella desde que tengo uso de la razon, pero estoy bastante seguro de que ella no sabia nada de mi hasta la cosecha... - Caesar :Tiene a otro? - Peeta: No lo se, aunque les gusta a muchos chicos. - Caesar: Entonces te dire que tienes que hacer: gana y vuelve a casa . Asi no podra rechazarte, eh? - Peeta: Creo que no funcionaria. Ganar... no ayudara, en mi caso . - Caesar: Por que no? - Peeta: Porque... Porque... ella esta aqui conmigo. (Los juegos del hambre) “Tu única defensa sería que estuvieses tan loca de amor que no fueses responsable de tus acciones." (Haymitch- Los juegos del hambre)

Hoy por ti, ayer por mí. (Laura. Fuentes. López)

"Una sombra en el cuerpo se rompen los sueños, llora el corazon... ¡El alma duele! ¿Podré? La razón habla. Mujer: Mira adelante sin titubeo, con ansias de llegar. ¡Tu puedes! Estela de cariño calor de abrazos manos que empujan en el camino ¡Llegarás! Amanece en mi vida, la luz me besa la alegría vuelve ¡¡¡Llegué!!!" Precioso poema de Laura Fuentes López sobre el Cáncer de mama.

100 años...

El sonido más indeleble de aquellos últimos minutos del barco fue la música que provenía de la cubierta de popa La punta metálica del violonchelo de Roger Bricoux hizo surco en la lujosa alfombra del Titanic mientras el músico, junto con sus colegas, tocaba durante el traslado de los pasajeros a los botes salvavidas. Continuaron tocando como si nada sucediera hasta que la inclinación de la cubierta fue tan pronunciada que era imposible permanecer de pie. No se salvo ninguno de los miembros de la orquesta. (…) Isidor e Ida Straus tomaron una decisión y no transigieron. Un sobreviviente fue testigo de que el viejo comerciante se negó a subir al bote salvavidas que se le ofrecía en atención a su edad. “No deseo favores que otros no reciban”. Ida Straus se negó a su vez, en forma igualmente rotunda: “No ”, dijo “no me separare de mi esposo. Así como hemos vivido, así moriremos.” Le entrego a Ellen Bird, su doncella, un abrigo para que se protegiera del frío en el bote salvavidas, y des